"Estas un poco achacoso para carreras".
Después de esta ultima venganza calla.
La pierna sube y baja con un recuerdo punzante en cada giro.
"No va mal" me digo.
El río está rebosante de ciclistas y corredores. Un sol esplendido y una temperatura agradable nos envuelve.
"Una hora, para probar" comento en voz alta a mi compañero para ponerle limites al recreo, temeroso de unas tardías consecuencias.
En el meandro del río una pareja de cormoranes nos desmonta de la bicicleta para observar como despliegan sus alas y hacerles una foto.
Seguimos hacia Villamarchante. Allí en la casa del parque un par de mandarinas y medio plátano.
"Al volver haré fotos para el blog." Comento en voz alta.
Nada más lejano, mi compañero coge la directa y solo acierto a pedalear para seguirlo.
En los puentes mi pierna se resiente pero acata. Me sorprendo.
"Esta noche se verá." Me digo a mi mismo.
Al final rodamos dos horas treinta minutos. Nada para el ayer pero hoy son el suficiente esfuerzo para sentirme contento.
Mi amigo también.
123 ppm de media, 160 ppm de máxima.