domingo, 30 de diciembre de 2012

INVIERNO



Las tardes de invierno son cortas pero bellas. El sol declina en el horizonte y caminar por el monte frío con la ropa adecuada, es una delicia en nuestras latitudes .
Me gusta ascender en el crepúsculo sobre cualquiera de las elevaciones próximas a la ciudad, para observar los colores del cielo enrojecido, al tiempo que las luces de los núcleos habitados se encienden como luciérnagas parpadeantes en la lejanía.
El bullicio que producen los insectos en las estaciones más calurosas está totalmente ausente y me sorprendo gratamente cuando alguna errática y pequeña mariposa se cruza al anochecer delante de mis ojos.
¿Que sera? ¿ A donde irá?
El resto del tiempo es un caminar apacible, charlando, mientras de reojo observo la naturaleza aparentemente detenida.
Los ubicuos algibes que me enamoran, posan para mi como vedetes de un desfile ofreciéndome todos los ángulos de su belleza.
Un poco más arriba una charca devenida en barrizal me muestra un buen numero de pisadas de animales entre los que creo adivinar las de los invisibles gorrinos de la Calderona.
Abandonamos la que ha sido hasta ahora una ancha y recientemente arreglada pista forestal para ir poco a poco ascendiendo por una definida senda que serpentea por una de las laderas del barranco.


El tiempo se nos acaba, la noche se va enseñoreando del ambiente y no llevamos las luces habituales.
Como nos gustaría poder seguir un poco más. Hoy la vuelta se queda corta y regresamos despacio, como queriendo alargar el tiempo, mientras en silencio la luna, hace sombras chinescas con los arboles en el camino y que a mi pesar al no llevar trípode no consigo captar.


Un par de horas al atardecer, una brizna de yerba, una mota de polvo, pero una gran compensación emocional.

domingo, 23 de diciembre de 2012

HOY VA DE SETAS

Cuando en otoño las lluvias inundan los caminos, se que ha llegado el momento de los "bolets".
No hace falta ir muy lejos para observar la diversidad de formas que la naturaleza obtiene de la vida.
Me gusta pasear, fotografiarlos y reflexionar que estas partes aéreas son solo la pequeña parte de un gran organismo que vive bajo nuestros pies y que desempeña una gran tarea en los bosques.
Identificarlos es una tarea muy compleja a la que solo llegan especialistas, después de emplear toda una vida en ello, pero he aprendido lo suficiente para admirar esta parte oculta de los reinos y disfrutar con ello con ayuda de algunos libros e instrumentos.
La parte deportiva está en el paseo agradable, como parte del reposo y la recuperación. Al final del recorrido uno se vuelve con un montón de deberes a casa, no existe pues el aburrimiento. Pero si que hay que aprender a llevar el desconcierto y la ignorancia de tanto material que al final, hace crecer " La nube del no saber".
 
Me produce tristeza el observar en ocasiones, destrozadas inútilmente, estás magnificas construcciones vitales, desparramados aquí y allá los trozos por algún palo o por un pie, de alguien que no se ha detenido a comprender que forman una bella y parte importante del paisaje del bosque.
Una maravilla tan diversa que nos acompaña de manera tan silenciosa como importante.
En realidad no hace falta nada para disfrutar de ellas, solo su contemplación, proporciona horas de satisfacción.
Me acompaño de una maquina de fotos barata digital, pero un pequeño cuaderno y un lápiz y quizá tres colores básicos son suficientes para entretenerse una mañana soleada.

Después de todo puede que sea nostalgia de aquellos tiempos, de dedos manchados de tinta y de secantes con enanitos y setas...


jueves, 20 de diciembre de 2012

EL CARIÑO ES LA MEJOR PAGA

Y el amor la mejor coraza.

Cuando nos felicitan las fiestas con dibujos como este, sabemos que han leído nuestro más profundo ser y que nos lo dedican con gran ternura.

Por eso cuando nos describen como el equipo que somos, cada uno de nosotros se siente feliz.

Gracias por el esfuerzo, por tu dedicación y merito.
 
Cada uno de nosotros ha comentado con que gracia has captado los caracteres, las formas y de que manera tan simpática se han combinado las lineas para idealizar el mensaje.

Quede pues aquí constancia de tu estancia y trabajo Maria jose
Quede también de Sara, ya que ambas y cada una, habéis contribuido durante este tiempo a mantener nuestro ánimo.

Cada vez que sonriamos al ver el dibujo, por nuestra mente pasará vuestra imagen.

Felices fiestas.




martes, 18 de diciembre de 2012

LA MÚSICA DEL SOBRARBE

Desde hace años que las imágenes de las montañas de pirineos en mi mente suenan con la música de la Ronda de Boltaña.

Por ello quiero contribuir a que se escuchen, porque me gustan, porque suenan del lugar, porque me alegran cada visita que realizo a estas nuestras gentes y paisajes.  
También porque les compro el disco, si señor, para que sigan alegrando con sus sonidos aquellas tierras, tan queridas para mi.


VIVA LA RONDA DE BOLTAÑA y su MÚSICA.
FELICES FIESTAS A TODOS.

domingo, 16 de diciembre de 2012

UN POCO DE NIEVE

Cuando no se puede mucho, siempre se puede un poco.
La motivación en ocasiones, surge del pequeño coctel de la nostalgia y la oportunidad en diferentes proporciones. Esta vez había mucha nostalgia y poca oportunidad.
Dar un paseo, poner las focas y lentamente ascender la pendiente nevada, una vez arriba, contemplar el paisaje e iniciar igualmente un lento y único descenso, comprobando una vez más que no se ha perdido mucho desde la temporada pasada, o por lo menos creerlo. (Es mejor que el psicólogo).

Mientras escribo, evoco imágenes de nieve en los pirineos, cuando empezamos ya mayores, a deslizarnos sorprendidos y temerosos por aquellas que me parecían inmensas montañas de nata.

Sofocados por el excesivo abrigo y la impedimenta. Tan ortopédica y extraña nos parecía que pensaba no llegaría a disfrutar jamás.
Me equivocaba, el esquí de travesía al que apenas me he aproximado, proporciona las mejores sensaciones que he experimentado en montaña invernal.
Pirineos queda ahora más lejos que antaño, por múltiples razones. 
Javalambre con su paisaje despejado y sus vertientes soleadas, casi siempre resulta acogedor. La mirada se pierde en la lejanía desde su cumbre y sus descensos son fáciles y agradables. Nada mejor ni más cerca, para el gusanillo invernal que me corroe.
No ha estado mal para una salida de unas horas.

A lo lejos Peñagolosa me saluda.
Bonito lugar para caminar, ascender a su cumbre y tomar un café con leche caliente antes de regresar. Quizá la próxima salida.
No es complicado,como todo en la vida, solo hay que aprender a disfrutarlo.

jueves, 13 de diciembre de 2012

UN SUSPIRO

 

Quiero asociarlo a esta bella música de Liszt  que lleva por nombre "Un suspiro"

La gran diferencia se establece con un suspiro.
No sabemos a veces porque, pero después del paréntesis, el mundo se llena de nuevo de color.
Un color que no existe pero que nosotros vemos, un color que en determinadas circunstancias no podemos ver aunque lo recordemos.
Con un suspiro nos resignamos o por el contrario tomamos la decisión y sus consecuencias, sin miedo, con el valor frío de lo inexorable.
Cuando suspiro, se que algo profundo ha cambiado.
Cuando contemplo un paisaje, cuando comparto un sentimiento y lo siento recíproco, cuando pienso en el dolor ajeno, siempre detecto un suspiro.
Al escribir suspiro, como si lo escrito aligerara el peso de lo callado.
Detecto en el suspirar una expresión de relación con el mundo que me rodea. Generalmente positiva.
El suspiro es el signo de que hemos conseguido liberarnos de algo que nos oprimía.
Nos proporciona un sentimiento de bienestar, de tranquilidad, en definitiva del vivir.
Sin embargo el suspiro es autónomo, surge del inconsciente, como liberado desde un interior profundo y desconocido.
Hoy he querido hacerlo consciente, en imágenes, en palabras para inspirarlo, para recordarlo.
Porque un suspiro no es casi nada, apenas un instante, pero es potente y tiene la fuerza del cambio.
Ojala nuestra sociedad suspire al unisono y se libere del peso irracional.
El entrenamiento es la danza ritual que llama al suspiro y como la lluvia, cuando viene se derrama y reverdece cuanto toca.
Os deseo a todos un gran suspiro, de corazón, es mi  mejor voluntad.
Y para que no se me olvide, suspiro en este post para que al menos uno nos visite cada día.
Hasta pronto.


domingo, 9 de diciembre de 2012

EL MAR COMO BALIZA


No suele ser difícil encontrar sitios para salir, cuando uno siente ese gusanillo que caracteriza a los inquietos.
Cualquier lugar conocido o por conocer es una buena excusa para justificar el destino, ya que el viaje, el entrenamiento en este caso, es la verdadera razón de la salida.
El destino siempre es retornar y en el periplo vas cargando las alforjas y descargándolas, en este caso de grasa y de glucógeno.
Hay que buscar un camino que cuando los rayos de sol lo abandonen no convierta nuestras frágiles y apenas visibles figuras en carne de cañón del trafico rodado.
Estas circunstancias añaden un punto de dificultad a nuestra salida, pero mi amigo explora nuevos horizontes con la facilidad que un sabueso pueda seguir un rastro.

Después de unas cuantas revueltas, en unos cuantos minutos, rodábamos por los caminos de servicio y de tierra apisonada que acompañan al colector que va desde Massarrochos hasta el "Barranc del Carraixet".
Una pista ancha donde algunos deportistas aprovechan las ultimas horas de la tarde para mantener la forma a resguardo de la vorágine de trafico que circulando por carreteras grita "La calle es mía".
Llegamos al reloj de Sol de Bonrepos todavía con nuestra redonda estrella por encima del horizonte y después de un par de fotos seguimos sin conocer lo que venia, pero imaginando que de un modo u otro aquello tenia que llegar al mar.
Cuando cruzamos la antigua carretera de Barcelona elegimos la pista de la derecha, pero que al poco, interrumpida por las obras de instalación de otro colector y sus compuertas nos impedía el paso.
Volviendo de nuevo a la carretera, cogimos como alternativa el camino de la margen izquierda.

Esta vez solo una pequeña interrupción que tuvimos que salvar al cruzar un paso de carretera, nos condujo a un nuevo tramo de pista. Reconocimos al divisar frente a nosotros un poco a la izquierda las edificaciones de "Port Saplaya". 

Cruzando un pequeño túnel bajo la carretera llegamos a las casetas de pescadores que se mantienen en el margen de la desembocadura del barranco.
La luz del crepúsculo iluminaba un tranquilo mar y el paseo donde algunas personas disfrutaban del atardecer.

El camino de vuelta con las potentes y variadas luces que habíamos llevado para la ocasión  envolvía nuestras siluetas como grandes luciérnagas rodantes.
La temperatura de agradable se torno fría, pero nuestro equipaje resulto adecuado una vez más, aunque una bufanda de cuello seria bien recibida en la próxima salida.
Sonreímos cuando llegamos y con un "hasta la próxima" volvimos al punto de partida.

jueves, 6 de diciembre de 2012

LOS DEBERES POR HACER


El tiempo transcurre inexorable y cuando el blog se detiene uno tiene la sensación de no haber hecho los deberes.
Comprometido conmigo mismo, me siento defraudado también  si no cumplo los plazos aparentemente arbitrarios que había dispuesto cumplir.
Escribir, para mi que no tengo "oficio", consiste en una proyección del termómetro del ánimo.
En ocasiones estoy tentado de ensayar la ficción para demostrarme a mi mismo que he adquirido un cierto dominio sobre la narración, pero el critico interior rechaza la tentativa por desubicada.
Este no es el blog, me dice, aquí es preferible el silencio que la ficción.
Así que encajo el silencio "deportivamente" y continuo tras los paréntesis, con las pequeñas narraciones que me sirven de acicate y de memoria.

El invierno me ha pillado casi desprevenido esta vez. Otros años esperaba con anhelo la estación porque era el tiempo de las montañas de nata, de horizontes nevados que permanecían  impresos en mi memoria, el tiempo que duraba la espera hasta la siguiente salida.
Pero este año, ensimismado más que nunca, las tardes oscuras y largas me han pillado de improviso.
Soy terco a pesar de todo y la bicicleta, cómplice de mi fantasía, me ayuda a iluminar las tinieblas para que al cabo de una hora o dos de ejercicio, de regreso a casa, me sienta reconfortado.
Después de la jornada de trabajo, queda poco tiempo de luz para entrenar y el frío se hace desagradable.
Me resulta difícil acertar la cantidad justa de ropa para no sentir el incomodo helor que poco a poco  se enseñorea de mi cuerpo a medida que avanza el tiempo.

Esta vez sin embargo he acertado, con la ropa, con la luz, con el camino y con el tiempo.
Ha sido una agradable salida que me permite seguir,  cuando seguir es un éxito en si mismo.