sábado, 20 de agosto de 2016

HISTORIA, NOVELA Y BUEN HUMOR. UNA NOCHE DE VERANO


Vivimos en un mundo de fantasía y los escritores lo saben. Me gusta sumergirme en el mundo de Alicia y no perdí la ocasión de pasar un par de horas deliciosas con los creadores, estos peligrosos agentes del mundo de la imaginación que escriben y editan libros como Jose Luis.
Poco tardaron en funcionar las maquinas del tiempo que cada uno de ellos lleva en su bolsillo y en un vórtice temporal que no produce mareo, pero al que hay que acostumbrarse, Amparo y el escribiente de este artículo visitaron las playas de Troya y entraron el la ciudad escondidos en un gran ariete.
Josep nos llevo en volandas y con lenguaje propio de un rapsoda, a hipótesis novedosas de la historia de final del bronce, con las tildes estrictamente corregidas por el lápiz de Ángeles.
Talasa esa Diosa que da nombre al mar nos envolvió toda la velada con grandes historias, como la de Yolanda León, que urde entre botas de militar i encajes de mujer, toda la pasión que inspira la piel del melocotón, en el escenario de los Borbones i los Austrias.
Al final Talasa se transformo en Thalassa y viajamos al exterior de la galaxia de la mano de Juan Miguel Aguilera.
De regreso del cumulo de Akasa-Puspa, cansados pero felices, soñamos como niños, recordando cuando nuestros padres  leían historias al final del día. Una gozada.


martes, 9 de agosto de 2016

EL ADJETIVO INTANGIBLE

Nombrar, esa palabra tan utilizada en nuestra relación y que parece tan simple, es una actividad muy compleja en nuestra mente. Todos nombramos, a Maria, a Pepe, a Carlos y al pronunciar, suenan igual todos los nombres, las Marias, los Pepes, los Carlos.
Aún en ausencia del nombrado, la representación abstracta de su nombre, se acompaña de una procesión de sensaciones y recuerdos, diria más,  de prejuicios, que permiten diferenciar, incluso sin pronunciarlo, aquel a quien nuestra mente también identifica con un nombre, acompañado por lo que yo denomino el adjetivo intangible, una suma, cortejo de sentimientos que acaba siendo una definición en nuestra mente.
Pedro es, por poner un poco ejemplo: Alto, rubio, simpático, mordaz y un largo etc que se halla empaquetado como el ADN.
Liberanos Domine , pues, de algunos de estos adjetivos intangibles con los que tatuamos nuestro cerebro.