domingo, 31 de diciembre de 2017

EL AÑO 2017 SE DESPIDE


Suelen los años empezar como terminan, con frío y con nieve. Esperemos que nos dure este deseado retorno porque dependemos mucho de el para nuestro bienestar. También empieza como comenzaron los otros y como és previsible que lo haga el venidero, las costubres hacen leyes.


Febrero es un mes precioso y reconfortante con sus primeras flores , avanzadillas de una primavera aún lejana y que describen muy bien nuestro invierno suave.


Con todo son los lirios azules los que me producen un entusiasmo renovador por la vida y que después de tantos años comienzo a verles un guiño con sus repeticiones, " Estamos de nuevo aquí ", y eso me alegra.

Marzo añade ese zumbido vital que permanece silencioso en el invierno. El aire va llenandose de insectos que se asocian a las flores y puedes seguir las evoluciones de las abejas para llenar de polén sus depósitos. Cada año me sorprende más su aparente y eterno insistir en estas tareas coevolutivas de recolección y fecundación. Seguramente no son las mismas, pero son indistinguibles a primera vista.


 También un momento inolvidable para visitar la gran exposición de pintura de Françesc Baiget, Un surrealismo que habla.


Ya entrada la primavera en abril, las flores y los insectos  se apoderan de los jardines y como en la promesa biblica puedes producir, con una lluvia de manguera, "el signo", esa alianza con Dios que tanto maravillaba a nuestros antepasados y que se ha transformado en fenómeno físico en estos tiempos.


También los amaneceres en la playa son la  promesa de un día casi perfecto. Solo hay que trabajar para hacerlo realidad.



Mayo con sus dias más largos y suaves es un buén mes para recorrer aquellos lugares próximos pero que todavía no conoces. ¡ Hay tantos!



En primavera, la curiosidad se exacerba en todas las especies y más en nuestras jóvenes mascotas, que hablan con sus ojos y sus orejas.



La mitad del año nos llega a finales de Junio, aquí y practicamente en todos los lugares de nuestra geografia, dias largos, luminosos y con temperaturas que suelen anunciar lo tórrido del verano.
De hecho la arcilla seca bien al sol de la mañana.


El mes ideal para el peregrinaje antes que toda la masa de creyentes estivales dispongan de sus vacaciones.


Agosto hay que repartirlo entre la montaña  y el mar.


Así, cuando llega septiembre, la ciencia y la cultura tienen su tiempo holgado.




Ya podríamos decir que el 2017 ha sido un gran año pero faltaba octubre con sus desasosiegos , un mes lleno de perplejidad y sentimientos encontrados ¿Quien podría haberlo aventurado?


La historia de la humanidad nos recuerda que ella no tiene un epílogo, al menos no por ahora.
¿Quizà estas pinturas en piedra eran un resumen anual del mesolítico?


En Noviembre se cierran algunos hitos de mi propio ciclo vital, sinérgicos con los recuerdos, algunos días son un poco especiales de nuevo, pintados con la pátina transparente de la subjetividad.


Caminar por la Calderona es para los valencianos un peregrinar, un conocer y reconocer año tras año aquellos lugares que te hablan, ¿ como resistirse a sus historias ?


El año en Diciembre, termina como empezó en Enero, con la promesa de un nuevo periodo de espacio-tiempo en el que vivir.


Y para todos vosotros, un gran corazón de hojas que unas manos amorosas sacaron de su entropía.
FELIZ AÑO 2018.



domingo, 17 de diciembre de 2017

REBALSADORES. UN BELÉN DE 20 AÑOS.


Sigue sin llover lo que hace falta, por eso me sorprende que empezando a subir la senda de Serra al punto geodésico de Rebalsadores, lo primero que nos encontramos es una balsa con aguas limpias. Prohibido bañarse, ordena el cartel pintado en la pared. La verdad, hoy aunque luce un sol espléndido en medio de un cielo azúl sin una nube, no pienso desobedecer.
La senda asciende con pendiente y tenemos que poner la velocidad de tren cremallera, pasito a pasito para no sentir el latido en las orejas, no es fácil de conseguir.


La pendiente no cede y nosotros tampoco, aprovecho que alcanzamos a los retrasados de un grupo para hacer notar que subir sube. Luego ya no los volveremos a ver. 
Nos cruzamos con runners que bajan y otros que después de alcanzarnos desaparecen de nuestra vista ligeros como plumas, solo zapatillas, pantalón corto, camiseta y una gorra. Tambien mucha juventud y un cinturon con agua. A comer a casa.
A nosotros no, nos gusta saborear el rato que le dedicamos a la comida y jugar, sobre todo jugar, como en los viejos tiempos, mapa, brújula, altímetro, gps, papel, lápiz, goma, cuaderno, pinturas...




Llegar al collado ya tiene su premio, el golfo de Valencia, Espadán, El humo de Cofrentes, La mola de Segart. Podemos mirar un rato, no pasa nada, hay tiempo, todo el tiempo que uno quiera darle.
El ultimo empujón para llegar al monolito de cemento que ya vemos al final de la última pendiente, una buena pendiente.
Al llegar, una sorpresa. ¿ quién ha montado un belén ? Podíamos  haber subido ayer y con la misma sorpresa nos hubiesemos quedado sin la respuesta, pero hoy sus constructores y mantenedores han subido a cuidarlo, de los desperfectos que los vientos.

Son Julia y Victor que hace ya veinte años se impusieron esta tarea. A muchos de mis amigos les gustará conocer esta iniciativa y por eso comento la anécdota. Yo belennero no soy, ya lo sabeis, pero me gustan las cosas espontáneas y sinceras. Hablamos un rato con Julia y Victor, que nos recomiendan nuevas excursiones. Eso es otro regalo.
Desde allí un llaneo y al mirador.

Llega el momento del ágape. Tambien un matrimonio que comparte los lujos del local, nos hace una foto para que podais ver lo exquisito del lugar. Piedra auténtica en la mesa y grandes vistas.


Ahora ya es todo bajada y a lo lejos territorio conocido.

Me maravilla ver por todos los lados los muros de piedra seca que antaño aislaron bancales con tanto esfuerzo, para arañar a las piedras una vid, un almendro o una garrofera. Cuanto trabajo.

 Dos pinos larguiruchos nos despiden hasta la próxima y en el barranco las primeras flores de brezo me hacen un guiño para que las fotografie.
Volver, volver, volver a tus brazos otra vez...

viernes, 15 de diciembre de 2017

SOLSTICIO DE INVIERNO


Hay imágenes que se explican solas.
Año tras a año,por estas fechas, creamos un ambiente colectivo que parece permeabilizar nuestro ánimo. Por unos días parece como si a todo el mundo deseara la felicidad con más vehemencia, tanta, que para conseguir esa ficción vamos felicitándonos las fiestas los unos a los otros, seguramente con el objetivo final de que al mirar en el rostro alegre del amigo, del vecino, del familiar , nosotros mismos estemos un poco más contentos.
Los estados de humor se contagian.


Este año y llevamos muchos ya , no tenemos demasiados motivos para sentirnos demasiado felices como colectivo, sin embargo el solsticio de invierno llegará imperturbable a su cita y con la parte más fría del año, transitaremos de nuevo hacia una nueva esperanzadora primavera. No es nada extraño que estás fiestas de renacimiento sean tan antiguas i comunes.
" Per Nadal un pas de pardal " decía mi padre para recordar que el sol amenizaría a alargar u estancia sobre el horizonte y con el, el día se haría más largo. Disfrutemos la nieve que tiempo tendremos de disfrutar las flores. 


La nieve, como muchas cosas en la vida, en su justa medida nos hace felices, nos hace valorar el contraste y con el paso de los años aprendes que cada estación tiene su belleza. 
Se trata pues de estar en armonía con las oportunidades que se nos presentan. Los viajes tienen su encanto al tiempo que contribuyes a una tipo de negocio que intenta al menos dar respuesta a nuestras fantasías ingenuas. Los deportes de nieve son los campeones del tiempo que nos llega.


Fantasía es un paseo en las primeras horas de la tarde en los últimos días del otoño, nieve polvo y formas caprichosas cubiertas de blanco. Fantasía es también desear que las fiestas que nos llegan  sean lo más agradables para todos, pero en este mundo de entelequia que vivimos, no hacerlo sería un baño de realidad improcedente. Así que ¿ para que me tenían que servir las imágenes de uno de esos paseos por los paisajes nevados?  La verdad no encuentro mejor utilidad que desear con ellas, a todos mis amigos del FACE virtuales unos y muy de carne y hueso la mayoría, unas felices fiestas. 


domingo, 3 de diciembre de 2017

UNA TARDE SERENA


Los días ventosos, fríos y cortos no son agradables si tienes que salir por obligación, es un fastidio.
La cosa cambia si miras como se agitan los arboles tras unos cristales dobles, el ambiente es cálido y tienes uno o varios libros que agitan el rabo para que los leas.

Si me decidiera a escribir una novela comenzaría así:
"Solo la luz de una tenue lámpara con pantalla traslúcida iluminaba la estancia y el olor a pino quemado invadia la atmósfera. Tras la ventana, como si se tratara de un remake de la zarza ardiendo de Moisés, las llamas parecian flotar sobre el naranjo que los cristales dejaban ver afuera, indistinguible el color de sus frutos durante las primeras horas del crepúsculo.
En silencio, una mujer que ya pasaba el segundo lustro depués de cumplir los sesenta, sentada en un cómodo sofá reclinable, contemplaba hipnotizada el baile flamígero que se refresentaba frente a ella en la chimenea rústica.
A su lado un hombre de la misma edad, pelo y barba canosos, permanecía inmovil y silencioso con la misma actitud contemplativa.
- ¿ Sabes cuanta gente ha muerto en el último atentado de Somalia ? -- preguntó de manera retórica a su acompañante---512 personas--- añadió sin esperar respuesta.
Un asentimiento pesaroso se manifestó en el rostro del hombre, los dos quedaron de nuevo callados frente al fuego.
Era otoño y la tarde ya oscura del domingo era tranquila y silenciosa.
Todo había empezado por la mañana cuando el día luminoso permitía ver a lo lejos las montañas después de una semana de viento huracanado."


En algún momento que no recuerdo, los días de otoño me comenzaron a parecer preciosos, ni siquiera dejé que ningún sonido mancillara el silencio que los envolvia. Me volví temeroso de algarabías, sobre todo aquellas odiosas tardes de domingo en las que alguien con aspecto muy atento, entre científico estudioso y de iniciado entusiasmado,  quería hacerme partícipe del " carrusel deportivo". Ahora que han pasado los años ya no culpo de mi ànimo murrioso, a la solitaria bombilla que iluminaba tristemente el patio del colegio, ni tampoco al par de longanizas con tomate, tan finas como lápices, que nos daban de cenar en el internado. Era sin duda el contínuo sobresalto que me producía el grito del locutor, pero que me importaba un carajo, del gol en el Molinón.


¡Mira! Miro. Oreja de Lobo, me dice Amparo. Mientras caminamos vamos recordando las plantas que conocemos, nos las han presentado a casi todas, sobre todo en esta sierra en que tantos bailes nos hemos echado, pero recordar sus nombre es otra cosa y menos sus apellidos, por eso vamos complementado entre los dos "el nombrar las cosas", para no olvidar. ¿ Verbascum ? Si, ¿pero que verbascum? En casa lo veremos, aquí no hay cobertura, ni falta que nos hace.
Seguimos nuestro caminar...Pinus halepensis, zarzaparrilla... ¡Que alegria! ¿ Te acuerdas cuando bebiamos zarza?...anda que con esta planta tan común y extendida, solo me acuerdo del otro que no hay, el terebrinto que es parecido pero... ¡Lentisco!, és Lentisco. ¡ Joder que mal !


Llegamos a la fuente y en ella el anhelado bocadillo. Entre bocado y bocado, silencio. A nuestro alrededor palmitos enormes que me recuerdan un exámen de casi hace veinte años. Hasta que no llegué a casa no pude recordar el maldito nombre de aquella planta que había estudiado mil veces y visto todos los días de mi vida : Chamaerops humilis. Pensé que la odiaría siempre. El tiempo todo lo transforma, aquella fustración se ha convertido hoy en admiración por su belleza y ¡ como aguanta el tio las condiciones de nuestra sequia !
También hay Carrascas, y un roble sin hojas pero que deja su nombre en la hoja caída a pesar de ser un orgulloso marcescente. La sequía está siendo muy dura.
Amparo me llama otra vez, ¡ Mira ! Miro de nuevo.


Precioso, en la cabecera de la umbría, un Mirto con bayas aún inmaduras nos da una grata sorpresa.
La fuente no parece manar, pero su pequeño pocillo interior conserva agua y la humedad del subsuelo mantiene esta vegetación extraordinaria en sus alrededores.
El sol va señalando el oeste en estos días del año y cuando marcha tan bajo hacía poniente nos recuerda que hará frío y estaremos más calentitos en casa junto al fuego. Hay cosas que son capaces de ponernos tristes aún en las tardes serenas.
El odio se agita y extiende por el mundo, como la noche, 512 inocentes han muerto para que no olvidemos que existe.



miércoles, 29 de noviembre de 2017

UN DÍA DE LLUVIA


Me queda claro que ando más que escribo y observado lo que ando, escribo muy poco. Pero hoy es un día de lluvia, un anhelado y bendecido dia de lluvia. Casi da pena que que las procesiones para cosechar diluvios se hayan perdido y que las campanas al aire para celebrar el éxito de las rogativas no suenen con alborozo. Como algunos escriben, no queda nada de lo que era sólido.
Sin embargo, andar los caminos si està de moda y si viviera Machado, estaría muy contento de que en nuestro pensamiento, al menos en ocasiones, martilleara su "caminante no hay camino, se hace camino al andar."


Esta vez la senda y su caminar nos lleva a Tristany en una tarde de otoño tan fria como deseada, después de un torrido y seco verano, ¡ Que placer la manga larga y el abrigo ! ¡ Que placer la brisa en el cogote y anhelar el sol en las mejillas !
Pero todo en la justa medida, porqué había ovidado que Tristany queda muy pronto en umbría y lo que comienza siendo un placer, con el tiempo se puede convertir en hastío, más bien en tiritona si la sobremesa se alarga. Esta vez imposibles las anotaciones, el placer de escribir los sentimientos, los murmullos de las hojas, el rumor del agua de la fuente y mucho menos escuchar los pájaros que andan a estas horas de la tarde tan callados como yo mismo recogiendo el banquete.


Tristany sigue siendo precioso, acogedor, sereno pero hoy su adjetivo más adecuado ha sido breve.
Nos ha faltado tiempo para desandar lo andado, buscar el sol, su breve compañia hacia el ocaso al otro lado, en el poniente.
Mantenemos con el astro un diálogo tierno y amoroso mientras descendemos por un paisaje esplendoroso, allá la Olla, un poco más lejos el castillo de los Vilaragut y a poniente la promesa del rayo verde, mientras al este las barrancadas y el mar convierten los verdes en azules, casi como ir al cine en lunes, el espectáculo solo para nuestros ojos. Me suena a película de James Bond.


Un cielo de día , un paraiso de tarde. No hay nada más àcrata que la belleza, lo és sin dueño y para siempre. Estos placeres son para todos. Me alegro que llueva, tengo almacenadas demasiadas imágenes, demasiados recuerdos sin letra, así que hoy junto al fuego os envío mi tenue canto natural para invitaros a caminar, hacia Tristany o a donde sea. Una pasada.