Masía de Tristany feb - 2018 |
Todas las veces que el caminar me trae a esta edificación tienen un regusto nostálgico y a la vez un poco triste. Esta masía de la que se puede leer la historia resumida en el panel adjunto a la casa, ahora manifiesta una soledad y un abandono entre las rejas que no se sabe bien si la defienden del expolio o la retienen a modo de mazmorra alejada del excursionista valenciano.
Los fondos FEDER sirvieron en su día para rehabilitar y utilizar por el CEV este caserón que fue donado a la Cartuja de Portacoeli en 1610 por un médico que llamandose Tristany le dió el nombre que hoy conserva.
En 1835 la desamortización llevó de nuevo la posesión de la finca a particulares valencianos hasta que fué adquirida por la diputación para ser convertida en refugio y aula de la naturaleza.
El edificio languidece entre candados y rejas oxidadas y el ejemplo con el que se pretendía dotar al aula de la naturaleza calla en el potro del olvido.
Mesas y bancos enlos alrededores de la Masía de Tristany |
El entorno es aprovechado para comidas campestres y hoy solitario nos permite disfrutarlo a nosotros después de caminar apenas tres o cuatro kilometros desde Gátova.
La intención era subir al Gorgo como meta intermedia de nuestro paseo, pero la lluvia ha decidido que dejáramos nuestra pretensión para otro momento más propicio.
Fuente del Tormo |
La Fuente del Tormo és por su proximidad a la población un buen punto de partida para dejar el vehículo o bien si se prefiere aparcarlo en el Molino de la Ceja un poco más arriba donde termina el asfalto. La pista forestal que continua hasta Tistany es amplia y con buen firme apelmazado de tierra, pero es mucho mejor disfrutar de un paseo a golpe de calcetin.
Molino de la Ceja |
Cueva de Sacañé. |
Aunque la tarde en febrero alarga en horas de luz , la de hoy, previstas las lluvias nos pilla un poco desprevenidos. Escribiré 100 veces : " No me dejaré la capa de agua en casa ".
Es la manta térmica la que me saca del apuro y de la molestia de volver empapado al coche y me permite disfrutar del paisaje y del olor a petricor que tanto me gusta.
Bosque de alcornoques |
El corcho ha dejado paso a los sintéticos pero este bosque poco habitual en la Calderona, conserva todavia las huellas de la explotación de los árboles.
El carbón, el corcho, los hornos de cal, las neveras de almacenar nieve, son el vestigio de un aprovechamiento no muy antiguo de este entorno rural. Como anécdota se refiere en 1624 la construcción de una nevera en las inmediaciones de Tristany y todavía he podido hablar con paisanos de Gátova que conservan el recuerdo del flujo económico que significaba hacer carbón y llevarlo a vender a lomos de mula.
La lluvia nos alcanza y nosotros la recibimos con sonrisas. Una excursión más, una experiencia, antes de llegar a Ítaca. Hoy para mayor disfrute, al atardecer nos alcanzán los versos que nos trae Joan Maragall, como una caricia cabalgando en el viento.
Torno de la dolçor de les muntanyes
i de veure el mar blau de dalt dels cims;
tot era ple de llum i d'alegría;
pels plans brillaven tremolant els rius.
Tot era prop i lluny, i tot tenía
com un resplendor d'eternitat;
aquell repòs que l'ànima somnia
per quan aquest cami s'haurà acabat.
JOAN MARAGALL
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