Sin embargo ya estoy de regreso y me siento afortunado de contar mis chismes, colgar las fotos y sobre todo de que alguien los lea.
Quedan numerosas experiencias en el limbo de las redacciones con intención de compartir que esperaran su ocasión , luchando contra el olvido.
Recuperar la función de mi portátil ha sido una buena alegría. Me permitirá más frescura en las publicaciones.
Ahora no es tiempo de montañas costas o ríos. Ni tampoco de carreteras y menos de bicicletas. Tampoco trotar me sirve.
Me inquieto pensando si no quedará mas remedio que contar las hazañas del dominó en el local de jubilados.
Al comenzar Octubre estaba entusiasmado con mi flamante curso de novela histórica de la mano de grandes autores ( Algo se te pegará, aunque sea un sana envidia, me dije al matricularme. )
No tuve tiempo de disfrutar del relleno de mi ignorancia. Lo tuve que dejar...pero volveré.
Ayer, escuchando a la Dra. Carmen Aranegui, un baño de realidad histórica lleno el local donde se impartía su conferencia y también los numerosos vacíos de mis neuronas.
Una y otra vez los mitos del pasado, se desmontaban maltrechos para hacer emerger una realidad Ibérica-Edetana : La primitiva Arse.
Me gustaron mucho, la contención y la estricta exposición de sus investigaciones.
Hay un lugar para la poesía pero no es la historia.
Mientras ensayo nuevos movimientos, aprovecho el sol de otoño para explorar mercados.
Un micromundo de oportunidades, donde todos parecen satisfacer sus expectativas.
Los vendedores obtienen su premio entre halagos y piropos. Los compradores su ganga ya que al tiempo satisfacen necesidad y ego.
No hay que bajar la guardia, el mercado sigue siendo un lugar para ejercitar la atención.
Dura Lex sed Lex.
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