La pena es que lo haga tan despacio porque la divulgación científica ha conseguido una vez más demostrar que la ciencia además de ser útil es muy divertida.
Un día espectacular acompaño el entusiasmo de los científicos que mostraban sus complejos conocimientos a los visitantes. Niños y mayores abrían los ojos y la mente para comprender con palabras sencillas los avances en todos los campos de la investigación como si de un juego se tratara.
Un éxito, tanto en la presentación como en el numero de visitantes.
No solo atendieron las necesidades de nuestra curiosidad. El saber y el sabor iban en esta exposición cogiditos de la mano, paseando por los distintos pabellones del centro de investigación de Burjasot.
El sol visitó el primero las instalaciones y como siempre tuvo la atención de los instrumentos, algunos sencillos aparentemente y curiosos como este telescopio solar de madera en el que se podían ver las manchas solares con asombrosa facilidad y sin riesgo para los ojos.
telescopio solar en base de madera y de sobremesa. |
Hasta los esquivos neutrinos se acercaron al evento y los científicos desvelaron algunos de secretos al alcance de los profanos.
A la fiesta no faltaron ni los robots ni la música, ni tampoco los fósiles contándonos una historia de la tierra muchísimo más apasionante que cualquier cuento conocido.
Un evento para señalar en la agenda...ya sea electrónica o de papel.
Para que la nueva edición no se nos pase.
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