jueves, 25 de mayo de 2017

ENSUEÑOS Y REALIDADES - I


Decidimos no retrasar más tiempo la visita al encantador pueblo nombrado en época árabe BENI- HAMEZ ya que està unido historicamente a la conquista del Reino Valencia por Jaime I.
Segun nos muestra la Viquipedia, su carta puebla data del año 1241.
Guillem Ramón de Viella es entonces, encargado por El rey, de la repoblacion del castillo. Con credenciales tan antiguas, el lugar nos parece muy interesante y viajamos hasta el para sumergirnos, al menos a traves de la sugestión, en su historia 776 años atrás.


Quizá no sean mil años los que tiene esta olivera que encontramos en el camino de " La font de les piques", pero no cabe duda de su antiguedad manifiesta. Junto a otras del entorno, la corteza se ha transformado en un tejido aspero y contorneado, arrugado como los pliegues de la piel de un elefante o de un rinoceronte, que le dan un aspecto de ser vivo. Mi  imaginación tiende a darle vida, como si fuera a moverse mientras lo contemplamos.
Quiero creerme que esta olivera sobreviviente, fue llorada por aquel cultivador convertido a la fe de mahoma y que quizá habia olvidado la antigua fe cristiana de sus antepasados, sus costumbres y quizá también su sangre visigoda.
Unos nuevos ojos, venidos del norte, contemplaban aquellas aceitunas como un magnífico premio que Dios había concedido a su fe.
Hoy cuando las contemplamos Amparo y yo, han pasado 225 años más de aquel suceso conquistador que de uno en que los conquistadores árabes habían aparecido por aquellas tierras.
Como BENI-HAMEZ, nosotros apenas sabemos de nuestros abuelos. ¿ que pensaban? ¿ que creian? Siempre hay políticos que nos lo describan con todo lujo de detalles. No hay que preocuparse.


Sin demasiado esfuerzo llegamos a la fuente. El cartel algo deslucido por la intemperie y enmarcado en el olvido del pincel,  nos explica como aprovechar el agua y deja su testimonio en la obra que contemplamos.
También nos dice que el jabón hecho en casa permite aprovechar el agua para el riego.
Agua para humanos, para bestias y para plantas. Toda una declaración de anhelos hoy olvidados.


El agua, obediente, ocupa los espacios que le han reservado los hombres del pasado y ahora cumple con su misión museistica. No deja de sorprenderme el ingenioso sistema.


Desde la fuente contemplamos el valle. Hay otra realidad. Construida sobre las huellas del pasado, deja ver su presente. El trabajo y la explotación del medio, como siempre, ahora tiene otra imagen y dejará tambien su huella en el transcurrir de la historia.


Continuará.

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