miércoles, 8 de febrero de 2012

¡ COPIARAS 100 VECES !

No saldré sin calentar.
No saldré sin calentar...
Mientras permanecía de pie observando el sol de la tarde y de reojo a mis pulsaciones ( 62 ) un aire de confianza me recorrió.
Así que una vez más cometí el error.
Sin gorro , sin guantes y con un forro polar fino salí a la calle.
Ya cuando volví la esquina y la brisa helada rodeo mi cuerpo y sobre todo la cabeza, me di cuenta que la cosa no estaba fina.
Conforme me iba alejando me convencí de que el calor de la carrera compensaría el frío del ambiente, pero no fué así.


Pom..Pom..Pom..Pom.. Los pies golpeaban el suelo ritmicamente como si todo  el resto de sensaciones de mi cuerpo no fuera con ellos.
Despacio, despacio me repetía mentalmente.
El frío me azuzaba y cuanto más me alejaba más evidente se hacia mi error, no solo no me calentaba sino que además flirteaba el jadeo, mientras mis pies -Pom..Pom..Pom..Pom parecían ir a la suya huyendo cuanto antes de la desgradable sesión de entrenamiento.

Durante veinte minutos la cosa no fué como había imaginado.
Cuando comenzó una ligera cuesta abajo me acorde de un articulo de Runners que recomendaba correr descendiendo para castigar los cuadriceps y obtener la consiguiente supercompensación muscular tras la recuperación.
A partir de ese momento la cosa mejoró.

Las copas de los pinos me disputaban el calor del sol y notaba el desconsuelo cuando en sucesión las sombras se encadenaban.
Entonces pensé "¡ Copiaras 100 veces , no saldré sin calentar y sin abrigo !"
Cuando en el minuto treinta y seis finalicé la sesión, el pulsímetro indicaba 146 ppm y un minuto más tarde 117.
De nuevo el frío me hablo: ¡ Tienes que regresar a casa "listo" !

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