Solo camino, miro el bosque adormeciendose.
El color vivo del amarillo, hace que fije la mirada en el suelo y descubro al pajarito exánime.
No debe hacer mucho que ha muerto, quizá con el frío de la noche.
Siento pena del pobre ser que no verá la próxima primavera.
Me vienen al recuerdo una frase lapidaria : "En la naturaleza no suele haber una segunda oportunidad".
Lo fotografío y sigo mi camino.
Las flores que dan color al invierno me permiten hacer alguna foto con el crepúsculo.
Blancas, amarillas, azules...
Ya casi he abandonado el bosque cuando otro cadáver se cruza en mi camino...
Dejo el bosque, silencioso, ajeno a los dramas de sus habitantes, pequeños, pero numerosos que todos los días luchan por su supervivencia.
Hoy el bosque me deja un sabor agridulce...
¡Donde hay mucha vida...también hay mucha muerte!
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