Un escalofrío me recorre el cuerpo cuando recibo la foto en mi correo.
Casualmente en esos momentos estoy leyendo las desagradable situación en que se encontró Umberto Cagni en la expedición polar del "Stella Polare" padeciendo temperaturas de -62º C ( en el libro de Toni Pou ).
Esta lectura, desencadenara que busque mis otros libros "polares" y me sumerja en unos días monográficos de noches eternas y fríos extremos que habitan en el calenturiento cerebro que llena mi cráneo.
Eso si, la lectura apasionante de esas vivencias pasadas y las vividas por el autor de la foto que me ha enviado, ( no polares pero suficiente frías como para estar muy incomodo.) hacen que repantingado en mi butacón me apetezca tomar alguna infusión caliente.
La temperatura interior no es demasiado alta ( 18º ) y conviene, en la inmovilidad que acompaña la acción de leer libros, abrigarse de manera conveniente.
La historia universal de las exploraciones es una magnifica colección que recomendaría a cualquiera que sienta la vocación de conocer la epopeya de los hombres que fueron ensanchando el conocimiento del mundo y más aun, las primeras exploraciones fuera de el. Regalé la colección pero la tengo cerca.
Luego han venido libros más monográficos y novelas muy imaginativas como la que sobre la perdida expedición de Franklin en sus barcos "El Terror" y " El Erebus" ha construido Dan Simmons, como si el mismo escritor hubiese redactado la novela intoxicado de plomo.
La recopilación de exploraciones inglesas titulado "Barrow y sus hombres " me gustó especialmente.
Biografías como la de Amundsen...
Y el magnífico documento gráfico que se muestra en SHACKLETON
Gracias a ellos y a las fotos que recibo de aventureros modernos mi corazón se sobresalta y mi imaginación despierta siguiendo, sintiendo, "com-padeciendo" sus viajes.
Porque como he leído recientemente a propósito de J. Verdeguer " No se puede escribir bien sobre la montaña, sin haber padecido, el esfuerzo, el hambre, el frío, el calor, la sed, el cansancio y el miedo.
Todos ellos son mis libros de caballerías y con ellos y algunos más, me sumerjo como Don Quijote en el mundo Onírico de los sueños de la vida, cuando en invierno, los días son cortos y las noches largas...Entre otras cosas.
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