Un día soleado, de otoño, es una buena excusa para caminar hasta "La Bassa Barreta" si se dispone de poco tiempo y por cualquier razón nos encontramos cerca de Villamarchante.
El camino del cementerio de esta localidad nos permite seguir hasta unos chalets donde comienza la senda bien identificada.
Caminamos entre pinos con pequeños desniveles que ascienden y descienden como si de una montaña rusa se tratara.
Un gran pino añoso permite que descansemos a su sombra mientras consumimos nuestro almuerzo contemplando la laguna circular de aguas marrones.
La historia que nos cuenta el deteriorado cartel explicativo, es la de la necesidad del hombre y su ganado, pues parece que fue excavada en tiempos algo lejanos, para aprovechando los suelos margosos, allí se coleccionara el agua de las lluvias y así apagar la sed de bestias y de humanos.
Mas tarde, reunión de valientes en tiempos oscuros.
Después paseo de románticos en tiempos de bonanza.
Este lugar como tantos otros de la montaña Valenciana dejan notar a los visitantes las secuelas de los fastos de la formula y las velas.
Con pocos recursos hombres la excavaron, con pocos recursos hombres la mantienen, pero hay tantos desatinos que pagar que no queda para reponer los carteles que explican su historia.
Después de todo ¿ a quien le interesa ?...Solo a los hombres.
¿Y a los dioses?...esos están en el Olimpo o en la inopia.
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