jueves, 13 de diciembre de 2012

UN SUSPIRO

 

Quiero asociarlo a esta bella música de Liszt  que lleva por nombre "Un suspiro"

La gran diferencia se establece con un suspiro.
No sabemos a veces porque, pero después del paréntesis, el mundo se llena de nuevo de color.
Un color que no existe pero que nosotros vemos, un color que en determinadas circunstancias no podemos ver aunque lo recordemos.
Con un suspiro nos resignamos o por el contrario tomamos la decisión y sus consecuencias, sin miedo, con el valor frío de lo inexorable.
Cuando suspiro, se que algo profundo ha cambiado.
Cuando contemplo un paisaje, cuando comparto un sentimiento y lo siento recíproco, cuando pienso en el dolor ajeno, siempre detecto un suspiro.
Al escribir suspiro, como si lo escrito aligerara el peso de lo callado.
Detecto en el suspirar una expresión de relación con el mundo que me rodea. Generalmente positiva.
El suspiro es el signo de que hemos conseguido liberarnos de algo que nos oprimía.
Nos proporciona un sentimiento de bienestar, de tranquilidad, en definitiva del vivir.
Sin embargo el suspiro es autónomo, surge del inconsciente, como liberado desde un interior profundo y desconocido.
Hoy he querido hacerlo consciente, en imágenes, en palabras para inspirarlo, para recordarlo.
Porque un suspiro no es casi nada, apenas un instante, pero es potente y tiene la fuerza del cambio.
Ojala nuestra sociedad suspire al unisono y se libere del peso irracional.
El entrenamiento es la danza ritual que llama al suspiro y como la lluvia, cuando viene se derrama y reverdece cuanto toca.
Os deseo a todos un gran suspiro, de corazón, es mi  mejor voluntad.
Y para que no se me olvide, suspiro en este post para que al menos uno nos visite cada día.
Hasta pronto.


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