Así las cosas decidí ir al gimnasio y ver mis progresos en la cinta de motor.
Había leido un artículo titulado " El error de la resistencia mental".
¡Menos mal! porque me he batido en retirada sin demasiados daños.
Despues de trotar 31 minutos a la ridicula velocidad de 8 km hora y descender los diez ultimos a 7,30 km /hora para que las pulsaciones no subieran de 140 , he recordado de nuevo el verano: "calor y humedad incomoda".
Finalizado el tormento me he dirigido a los espejos de las mancuernas para ejercitar un poco los brazos.
Mientras elevaba repetidas veces las mancuernas de cuatro kilos , podia ver a mi izquierda tres muchachos del tamaño de gozzilla que hacian repeticiones con mancuernas de 24 kilos.
Me ha salvado sentirme como los personajes de Woody Allen , ridículo y pequeño pero digno.
Despues de la primera serie de repeticiones en los distintos ejercicios, he realizado un ordago con seis kilos.
Al fin la lectura del articulo ha hecho su efecto.
Como podia observar que en las recuperaciones entre las repeticiones no podia bajar de 108 pulsaciones donde me quedaba en meseta, he decidido que si los musculos no resistian la resistencia mental tampoco. ¡Otro dia más!
Digamos que los abdominales, los lumbares y los pectorales que he realizado a continuación, han sido una disimulada secuencia hacia el vestuario.
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