No es hasta después del festivo de los reyes, cuando uno tiene la sensación de que de verdad se han acabado los excesos. (tanto de bolsillo como alimentarios)
En mi caso, si he vencido a la tentación pantagruelica me siento triunfante.
Con deseos de perseverar los proyectos que me he establecido.
Por ello aunque se acaben las fiestas, me siento liberado de las presiones que de una manera intangible como el aire pero reales como la presión atmosférica nos rodean durante estos dias.
Son tantos años de aprendizaje que luego es practicamente imposible liberarse de esa amalgama de sensaciones y acciones que tienen el disparador entre el 24 de diciembre y el 6 de enero.
Los padres , los abuelos, las luces y la música somos los grandes comparsas de esta gran feria anual.
Cosciente pues, pero en absoluto libre, al fin un dia es un dia, con sol, con aire, con equipotencialidad de uso.
Puffffff...¡ A caminar!
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