sábado, 28 de enero de 2012

OLOR A HUMO

Aunque prefiero las mañanas luminosas, en ocasiones no tengo más remedio que salir al atardecer. En invierno está totalmente oscuro.

Me sorprendía en pirineos cuando cruzaba la frontera, observar como en la parte Francesa los bellos pueblos de las montañas presentaban calles y puertas cerradas en contraste con el bullicioso ir y venir de gentes y bares abiertos de la zona Española.

Ayer tuve exactamente esa sensación, solo una abrigada abuela con su nieto y una veloz trotadora que me adelanto por la derecha como una centella se cruzaron conmigo en los cuarenta y cinco minutos que estuve deambulando por la calle.
Haciendo como que hacia deporte.
¿Será la crisis?

El olor a humo de leña quemada en las chimeneas me hacia sentirme bien.
Imaginaba a la gente tranquila en sus casas al lado de las chimeneas calentitas y eso me trasladaba una agradable sensación de confort.

La otra cara del trayecto, la ponen los perros.
Siempre están cabreados cuando pasas...Grrrr...GUAU ...GUAU...GUAU...¡Te mordería si pudiera! parecen decir.
Son realmente pesados y paranoicos.
Si los ves ni te alteran, están ahí, detrás de la reja (Los más comiéndose su propio rabo pobrecitos).
Pero hay otros agazapados, silenciosos  hasta que lanzan sus ladridos desaforados justo al pasar por delante de la tapia.
Te pillan desprevenido en un mantra gozoso marcado por el ritmo de tus propios pasos y te pegan un susto...entonces tengo que luchar conmigo mismo para no devolvereles los ladridos.

Hay que estar atento...y si te ladran...sea quien sea...tú como una seta...Eso también requiere entrenamiento, así que tendré que practicar.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu comentario está pendiente de moderación.